En un mail anterior les conté un poco sobre Mago, nuestro perro. Es un cachorro de raza indefinida, que fue rescatado de una situación horrible solo para terminar viviendo otra peor aún.
La verdad es que ha sido un trabajo constante, lleno de altos y bajos y con mucha inversión tanto emocional como económica. Y últimamente, Maguito había empezado a mostrar comportamientos muy agresivos, lo cual no ayuda cuando vives en un edificio con niños que corren por los pasillos.
Incluso los conserjes ya estaban empezando a comentar que nos podíamos meter “en problemas” teniendo un perrito así.
Así que la Tami tuvo la idea de escribir una nota a la gente que vive en el edificio, para contarles sobre Maguito y que, cualquier cosa, supieran dónde contactarnos:
Queridas y queridos vecinos,
Mi nombre es Mago y vivo en el ███. Tengo casi dos años y a pesar de ser tan joven, viví muchos eventos de maltrato muy traumáticos que me dejaron asustado de los humanos y con una actitud defensiva.
Pero mis tutores me rescataron y me pusieron en un tratamiento de recuperación con la ayuda de un experto en comportamiento animal. Yo estoy haciendo mis ejercicios y tomando mis remedios todos los días.
Estoy tratando de hacer todo lo posible para ser un buen vecino. Disculpen las molestias que les pueda ocasionar mientras me recupero.
Toda la gente con la que nos hemos encontrado que han tenido comentarios al respecto, han sido super amables y les gustó la idea. De hecho Maguito ahora tiene un compañero de juego en el edificio.
Mientras Mago sigue el camino de la recuperación, a nosotros también nos ha servido para socializar con nuestra comunidad. Parafraseando a Blanche Dubois, a veces hay que depender de la generosidad de los extraños.